La oración del Santo Rosario es una devoción en honor de la Santísima Virgen María de gran utilización por los fieles de la Iglesia Católica.
La cual se compone de un número determinado de oraciones específicas que se rezan mientras se van meditando los misterios del Señor, un recorrido por la vida, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Durante todos los meses del año, en especial en el mes de octubre, mes dedicado al Santo Rosario, debemos meditar sus misterios y junto a nuestra Santísima Madre. Por lo que, aprenderemos a conocer el amor de su Hijo a través de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, Nuestro Señor.
Oración
¿Cómo se reza el Santo Rosario?
En el Crucifijo del Rosario, haremos la señal de la cruz
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
A continuación podemos rezar el Credo
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
O rezar el Acto de Contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Para la siguiente cuenta, rezaremos un Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
En las siguientes tres cuentas, rezaremos tres Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia;
el Señor es contigo; Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
La quinta cuenta será para que recemos un Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
A continuación, comienza lo que es propiamente el Rosario.
Primero, se debe anunciar el misterio que se va a rezar,
y se comienza cada misterio con un Padrenuestro, seguido de 10 Avemaría,
al término de estas oracones se rezará un Gloria al Padre,
y la oración dada por el Ángel de la Paz a los tres pastorcitos de Fátima.
Oración de perdón
El Ángel de la Paz dio la Oración del Perdón a los niños de Fátima en su primera visita.
«¡Dios mío, creo, adoro, espero y Te amo!
Pido perdón por los que no creen,
no adoran, no esperan y no Te aman. Amén».
Ejemplo:
«Primer Misterio Doloroso,
La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto – Padrenuestro,
10 Avemaría, Gloria, oración de Fátima».
Esto mismo se hará sucesivamente hasta recorrer las cinco decenas del Rosario.
Una vez terminado el rezo de los cinco Misterios, pueden rezarse distintas oraciones,
las cuales son opcionales y pueden elegirse según se prefiera
Origen
La Virgen María se le apareció a Santo Domingo de Guzmán, a quién le enseñó a rezar el rosario, luego de que él le suplicara por ayuda para convertir a los pecadores. A cambio, Ella le prometió ayuda siempre y cuando lo pague por todo el mundo, porque Santo Domingo de Guzmán, principio, estaba dedicado a convertir a pecadores en el sur de Francia. Luego del éxito que tuvo predicando la palabra y sobre todo enseñando el rosario, y, con la aprobación del Padre, Santo Domingo forma la orden de predicadores que es más conocido como Los Dominicos.
Promesas
- Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
- Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
- El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías
- Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
- Quien encomiende su alma a mí en el Rosario no perecerá.
- Los que recen el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
- Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
- Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida. E n la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia. En la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos. Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
- Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
- Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
- Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Santo Domingo de Guzmán y el Rosario: Un arma contra la herejía
Santo Domingo de Guzmán tuvo la increíble misión de convertir a los pecadores con una poderosa arma entregada por la Virgen María en el año 1208 como es el Santo Rosario. En aquella época él se fue al sur de Francia para convertir a quienes se habían alejado de la iglesia por la herejía albigense. La cual enseñaba que existían dos dioses, uno para el bien y otro por el mal. El seudo dios del bien había creado todo lo espiritual y el dios del mal todo lo material, por lo tanto, para los albigenses todo lo material era malo incluyendo el cuerpo humano. Es así como dentro de su lógica Jesús era malo por tener un cuerpo.
Entre otras cosas se negaban a reconocer a los sacramentos, a la Virgen Santísima y al Papa, creando ellos mismos sus propias normas y creencias. Si bien Santo Domingo de Guzmán trabajó por años predicando y orando sólo logró convertir a unos pocos.
En Prouille, Santo Domingo crea una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas, la cual estaba junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen en donde él entró para suplicarle a nuestra Santa Madre que le ayudase pues sentía que sus esfuerzos eran en vano. Es así como la virgen se le apareció sosteniendo un Rosario el cual enseñó a Domingo a recitar, le prometió que muchos pecadores se convertirían a cambio que lo predicara por todo el mundo.
Es así como Santo Domingo logra la conversión de muchos pecadores, logrando que el Santo Rosario sea una de las oraciones más recitadas.
Hemos conocido un poco más sobre la historia de Santo Domingo de Guzmán y el Santo Rosario entregado por la Virgen María, la cual es sencilla de recitar. Rezar las oraciones del Rosario completo son sencillas de hacer, sobre todo si se hacen con mucha fe y se confía en el poder de ellas, pues es el poder del amor de la Virgen María que nos ayuda a fortalecer nuestra fe y a lograr más conversiones.
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