Con la oración del latido del corazón, tenemos la oportunidad de ayudar a convertir a miles de pecadores, quienes encontrarán el camino del bien acercándose cada vez más a Dios.
Asimismo, a su voluntad, nos convertiremos en instrumentos del Poderoso, siempre unidos y ayudados con el infinito amor de Jesús y Nuestra Madre.
Oración
¡Oh Jesús, Redentor del hombre!,
que tanto sufriste por el amor
y la salvación de los pecadores,
sabiendo que no todos iban a aceptar Tu sacrificio…
Yo quiero unirme a esos Tus sentimientos de amor,
de perdón y misericordia, y pedirte en este día
la salvación de 1.000 pecadores por cada latido de mi pobre corazón,
unidos a los latidos del Tuyo y a los del Corazón Inmaculado de María,
Tu Santísima Madre y Nuestra, que nos diste al pie de la Cruz.
Te lo suplico, por Tu Preciosa Sangre y Tu Divina Misericordia, amén.
Origen
Según la tradición, esta oración pudo difundirse con el permiso del Papa Pablo VI. Estas devociones enfatizan el amor misericordioso de Dios por la humanidad y nos animan a abrir nuestros corazones a su gracia.
Promesas
Esta hermosa oración, cuya difusión está permitida (Pablo VI), salva a millones de pecadores que van camino al Infierno, porque están en pecado mortal y no tienen quién rece por ellos. Rezándola con fe y confianza en la Misericordia Divina, esta oración puede salvar a mil pecadores por cada latido de nuestro corazón. Recordemos que, gracias a oraciones como ésta, fue que nosotros logramos nuestra conversión y por ello es de suma importancia que la recemos todos los días con mucha devoción y fervor.
Oración del latido del corazón de Jesús: Un arma celestial para la conversión y la esperanza
La oración del latido del corazón de Jesús es una oración poderosa y maravillosa, una oración que salva a miles de almas, a millones de almas, pues cada vez que la rezamos ayuda a la conversión de miles de hermanos que no conocen bien que hacen en el mundo ni conocen bien a quien les creo. Como todas las oraciones, tenemos que rezarla dando por realizado y concedido nuestro deseo, al igual que hacía la Santa Madre Teresa de Calcuta. Rézala así para la salvación de los hermanos que también andan “despistados” por el mundo.
Todas las oraciones son herramientas que el Santo Padre nos da para mejorar nuestra vida, siendo muchas veces dictadas a diferentes videntes a través de revelaciones que Jesús y de María han hecho a lo largo de los años.
Esta oración que salva a millones de pecadores del infierno está llena de amor y de esperanza, puesto que en un solo minuto de nuestra vida podremos salvar miles de almas, imagínense, ¿cuántas almas se salvarían en una hora o en un día? Sinceramente, esta oración está llena de amor porque la recitamos no sólo para salvar las almas de nuestros conocidos, sino para cualquier alma que no tenga quién rece por ellas. Por su puesto, esta oración debe ser recitada siempre con fe y con la plena certeza que esto va a pasar.
En esta oración, le pedimos a Jesús unir los latidos de su corazón con los nuestros, pero escuchar uno de sus latidos debe ser una experiencia maravillosa. Como la que vivió Santa Gertrudis de Helfta, religiosa cisterciense, quien tuvo una de las más importantes revelaciones sobre el Corazón de Jesús y que, en una de estas visiones, pudo reclinar su cabeza en el costado de Cristo para oír sus latidos.
Por eso, en su visión ella le pregunta a San Juan Evangelista porque nunca había hablado sobre lo que había sentido y entendido cuando, estando en la última cena, el reclinó su cabeza en el costado de Jesús. A lo que él respondió, que en ese momento su única misión era hablar sobre la Palabra del Verbo Encarnado, ya que recién la Iglesia se estaba formando, pero que sería en los últimos tiempos que esta gracia sería revelada, puesto que el amor de Dios se encontraría debilitado en los corazones de la humanidad.
El mundo de hoy vive en permanente conflicto y se deja llevar por corrientes de vida alterna, que lo único que hacen es alejarnos el camino del bien. Hagamos esta oración que salva miles de almas, pero también hagamos un ofrecimiento de vida, ofrezcamos nuestro día a día, nuestras acciones, nuestras preocupaciones, nuestras penas, nuestras alegrías y todo nuestro ser al Todopoderoso, y mejor aún, animemos a otras personas a hacerlo para que el sacrificio de Jesucristo no haya sido en vano.
Video:
Te compartimos estas oraciones para acercarte más a los corazones de Jesús y María: “Oración a los corazones unidos de Jesús”, “Oración de consagración a la Virgen María”, “Adoración al Señor Sacramentado”, “Oración Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús”, así como la “Oración para salvar el Alma de un pecador”
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