Volvió a suceder. Quizás no terminamos de acostumbrarnos a tamaño regalo que se nos hace cada año últimamente, aunque conviene tomar nota y levantar acta para poder debidamente caer en la cuenta y saber agradecer. La noticia es que el domingo pasado nuestra catedral de Oviedo se vio llena como pocas veces la hemos visto. Era difícil adentrarse tras las puertas de acceso. Un abanico de tantas edades: desde personas mayores que peinaban las canas de su sabiduría, hasta los más alevines que venían como bebés en sus carritos bajo la atenta mirada de sus padres. Y mucha mocedad de diversas edades. Fue realmente una ráfaga de aire fresco.
Autor: Monseñor Jesús Sanz Montes
Encontraron en Dios, la libertad y paz interior que tanto necesitaban
Los mensajes de Dios llegan en el momento menos esperado. Aunque muchas veces, hemos escuchado historias de conversión precedidas por fuertes acontecimientos, como accidentes o enfermedades, también existen conversiones, gracias…
5 maneras de oír lo que Dios te está diciendo
Dios siempre nos habla en diferentes momentos y de diferentes maneras. Esa es la premisa básica del libro Discernimiento del difunto Henri Nouwen, sacerdote católico romano, autor de 39 libros y…
Los 12 pasos que nos llevan a la esclavitud del orgullo, según San Bernardo
El orgullo es un pecado que puede manifestarse de diversas formas y llevarnos por un camino de autodestrucción espiritual. Continúa leyendo este artñiculo para conocer cuales son los pasos que…



















