Cuando observo a mi alrededor, sobre todo en mis recorridos en el transporte público de Madrid, veo tantas situaciones, que a veces me llevan a cuestionar el sentido de para que el hombre vive, para quien vive y porque vive. La respuesta a estos interrogantes del hombre la encuentro en los santos. Eran hombres y mujeres con debilidades, con fragilidad, se equivocaban, se enfadaban, tenían ira, necesitaban superarse cada día y seguir poniendo su mirada en Dios. Pero, los que han sido canonizados por la Iglesia como la inmensa cantidad de santos que hay en el cielo, se caracterizan porque en medio de todo su pecado, han sabido vivir con plenitud su condición de hijos de Dios. Ellos se han dejado llenar de la santidad y de la gloria de Dios, y ahora le pueden gritar Santo por toda la eternidad.
Autor: Belén Sotos
Encontraron en Dios, la libertad y paz interior que tanto necesitaban
Los mensajes de Dios llegan en el momento menos esperado. Aunque muchas veces, hemos escuchado historias de conversión precedidas por fuertes acontecimientos, como accidentes o enfermedades, también existen conversiones, gracias…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
El mundo necesita discípulos católicos contraculturales
¿Qué hay de ti y de mí? ¿Has muerto al pecado? ¿Vives para Dios? ¿Persigues la santidad? ¿Estás rezando íntimamente todos los días? ¿Proclamas el Evangelio? Estas son algunas de…



















