El I domingo de Cuaresma nos ha presentado la breve narración de las tentaciones en Marcos. El Espíritu empuja al Señor al combate y la lucha. En el desierto se enfrenta con el enemigo, el diablo, que quiere destruir al Hijo de Dios, y a todo hombre. El Señor vence al demonio con la Palabra de Dios, con la Escritura. No dialoga con él. Solo le rechaza en el nombre de Dios porque sabe que no tiene poder sobre él.
Así, Jesús es llevado al desierto con vistas a la misión: el anuncio del reino de Dios que se cumple en Él mismo. Por ello, proclama la conversión del hombre para que pueda vivir como hijo de Dios.
También, el hombre vive muchas veces en un desierto, donde se encuentra con la tentación del enemigo. Para vencerlo ha de ayudarse de la Palabra de Dios, sin dialogar con él. Toda persona puede vencer al mal y al demonio apoyada en el poder de Dios. El hombre puede…
Autor: Un camino de fe

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