Es una palabra que utilizo mucho en el confesinario y en la dirección espiritual. Creo que se trata de vivir con normalidad la vida que nos ha tocado y punto.
Nos ha sorprendido que el papa León XIV haya comenzado su pontificado con unas acciones de lo más previsible. Como diría un amigo, todo lo que está haciendo hasta ahora es «de primero de papa»: misa con los cardenales, cercanía con los agustinos, visitar a la Virgen del Buen Sueso, rezar en la tumba de Francisco, ornamentos de siempre…
Ahora nos toca a todos el regreso a la cotidianeidad, que en la vida cristiana es algo muy simple: rezar un poco, esforzrse por cumplir los mandamientos, ir a misa, confesar, comulgar, echar una mano en la parroquia, ayudar al prójimo. Cosas de siempre.
Autor: Jorge González Guadalix
Los 12 pasos que nos llevan a la esclavitud del orgullo, según San Bernardo
El orgullo es un pecado que puede manifestarse de diversas formas y llevarnos por un camino de autodestrucción espiritual. Continúa leyendo este artñiculo para conocer cuales son los pasos que…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…