«El caso de Ana Obregón es horrible. Ella, de 68 años, usó el esperma de su hijo difunto para tener una hija por vientres de alquiler. ¿Pensamos aquí en el mejor interés del niño? ¿Puede el dinero comprarlo todo? ¿No es algo incestuoso?», se pregunta Olivia Maurel. Quien así expresa su indignación no es «una más» de la cohorte de los llamados «haters». A sus 31 años, fue una vez una niña que no sabía nada de su familia biológica ni de sus orígenes, raíces o si quiera de qué país eran sus abuelos. Su condición de hija por vientres de alquiler determinó buena parte de su vida y motivó varias afecciones y perjuicios que la acompañarán para siempre.
En el mismo mensaje de X -antes Twitter- comenzaba presentándose como testigo de lo mucho que esto afectó su vida. También se muestra al mundo como opositora y luchadora frente a la gestación subrogada, así como…
Autor: José María Carrera
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