Sucede, a veces, que la vida te regala uno de esos momentos que te arreglan por dentro. Que te cosen el roto interior y te hacen, digamos, mejor de lo que eras justo antes. Mejor persona en general; mejor ser humano en todos los (buenos) sentidos. Quizá no experimentes una transformación radical y extrema de tu existencia, un giro de 180º de tus principios y prioridades (que también), pero sí te aseguras un potente empujón hacia el lado bueno de las cosas. Y eso es algo que necesitamos todos. Y especialmente yo.
Ese momento -valioso, extraordinario, imborrable, hermoso- me lo regaló la vida hace un par de semanas. Y fue volver a Lourdes como hospitalario treinta y pico años después de la primera vez. Más maduro, sí, pero igual de ilusionado y motivado que a los 20 años. Y probablemente más necesitado.
Para los que no conozcan lo que supone ir al Santuario de Nuestra…
Autor: Pepe Álvarez de las Asturias
8 razones que explican por qué muchos católicos ni evangelizan ni se lo han planteado ni plantearán
Hábitos del Padre Pío que todos los católicos podemos practicar
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, nos deja unos cuantos hábitos espirituales que necesitamos conocer para tener una vida más cercana a Dios. Continúa leyendo este…
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…