Roma, orgullosa de sus legiones, sus fronteras y sus dioses públicos, nunca imaginó que la amenaza más profunda surgiría no de los bárbaros, sino de un pequeño grupo de hombres y mujeres que se negaban a sacrificar un puñado de incienso. La correspondencia entre Plinio el Joven y Trajano lo revela con claridad: el Estado romano no comprendía a los cristianos, pero le inquietaba su obstinación. Ese rechazo a renunciar a Cristo —no por terquedad política, sino por convicción espiritual— era algo que ni la jurisprudencia ni la tradición pagana podían digerir.
Roma toleraba casi cualquier culto… salvo aquel que exigía exclusividad. El cristianismo no era solo una religión exótica: era un desmentido vivo del politeísmo imperial. Y lo que comienza como sospecha jurídica pronto se convierte en acusación moral: incesto, canibalismo, obscenidad. El viejo recurso de…
Autor: INFOVATICANA
Consejos para una llevar una vida Cristiana
Llevar una vida Cristiana que agrade a Nuestro Creador y a Nuestra Madre, no es difícil, y menos aburrida, como muchos pueden creer. Sin embargo, necesita dedicación. No basta con…
Hábitos del Padre Pío que todos los católicos podemos practicar
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, nos deja unos cuantos hábitos espirituales que necesitamos conocer para tener una vida más cercana a Dios. Continúa leyendo este…
¿Sabes lo que sucede durante la celebración de la misa?
Te presentamos una selección de videos y contenido para que puedas conocer qué pasa mientras asistimos a misa, las cosas que suceden y que no podemos ver con nuestros ojos, pero que no por… seguir leyendo



















