Autor: Carlos Polo
Todos los que aman y respetan la vida humana en Estados Unidos (y en todo el mundo) esperan que la Corte Suprema revoque el caso Roe vs. Wade y se devuelva la decisión de la legalidad del aborto a las legislaturas estatales a donde pertenece. Al parecer, la mayoría de magistrados de la Corte Suprema ha decidido hacer precisamente eso.
Esto es para celebrar. Se salvarán las vidas de millones de niños por nacer.
Lo lamentable es que, por primera vez en la historia de la Corte Suprema, se haya filtrado a la prensa un «borrador de la sentencia».
No se trata simplemente de una violación atroz de la confianza por parte de un miembro o miembros hacia una institución que se apoya en esa confianza y discreción para llevar a cabo su labor.
Hasta ahora, la Corte Suprema ha sido la única institución tutelar estadounidense que ha mantenido su integridad interna, esos lazos de confianza que permite trabajar armoniosamente a aquellos con opiniones políticas divergentes.
No hay otra.
La filtración del proyecto de dictamen no es un acto casual. Se trata de un delito cuidadosamente calibrado que tiene por objeto destruir la más trascendental barrera constitucional contra el aborto a demanda para siempre.
Se espera que los disturbios comiencen fuera de la Corte Suprema por los sospechosos habituales -feministas radicales, Antifa y BLM- que tendrán lugar con la intención expresa de intimidar a los jueces de la Corte Suprema para que revisen o retiren el proyecto de sentencia.
Esto será una «insurrección» contra uno de los poderes de gobierno, aunque…
Puedes leer la nota completa en www.actuall.com]