Apenas promulgada la ley de sopicaldo penevulvar, surgen los primeros casos de truhanes o meros espabilados que, repentinamente, ‘se sienten mujeres’ para obtener beneficios legales: los presidiarios que desean disfrutar de un trato carcelario más benigno o de un nutrido gineceo, el opositor que quiere obtener mejor calificación en una prueba física, etcétera. En las próximas semanas, tales casos no harán sino multiplicarse. Pero hemos de preguntarnos si estos ‘hombres que se sienten mujeres’ para aprovecharse de los beneficios de una ley desquiciada no están siendo paradójicamente heroicos. Pues, como nos enseñaba Chesterton, allá donde se han subvertido por completo las categorías, quien las infringe no hace sino salvar el sentido común.
Nadie nos ha explicado mejor lo que es una ley injusta que Cicerón en su tratado De legibus (II, 13): «¿Qué diremos cuando en los pueblos son…
Autor: Juan Manuel de Prada
Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
El mundo necesita discípulos católicos contraculturales
¿Qué hay de ti y de mí? ¿Has muerto al pecado? ¿Vives para Dios? ¿Persigues la santidad? ¿Estás rezando íntimamente todos los días? ¿Proclamas el Evangelio? Estas son algunas de…
Misericordia de Dios: Nunca se cansa de perdonarnos
La misericordia de Dios se manifiesta de diversas formas, ya sea a través del apoyo y la consolación de otras personas, del sacramento de la confesión que nos permite liberarnos…