El Antiguo Testamento cuenta la historia de varios reyes judíos que demostraron su mayor o menor fe en Yavhé, en su confianza al momento de enfrentar a sus enemigos en batalla, en sus prácticas religiosas y en el combate -o la tolerancia- de la idolatría. Cuando esos reyes demostraron tener auténtica fe, cuando confiaron sólo en Dios y nada más que en Dios, sus ejércitos obtuvieron victorias memorables, aunque fueran pequeños y enfrentaran a enemigos terribles. Un caso paradigmático, es el de David y Goliat.
Pero a los que tuvieron una fe débil, no combatieron la idolatría e hicieron censos antes de ir a la guerra, el Señor los castigó por su excesiva confianza en los medios humanos… y su falta de fe en Dios. Estos perdieron batalla tras batalla.
Si bien el cristianismo nos enseña que Dios es justo y misericordioso, que comprende los defectos humanos y que siempre…
Autor: Álvaro Fernández Texeira Nunes
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