Oigo en la radio que «ecoansiedad» es palabra que la Real Academia de Lengua va a admitir ya. A bote pronto, choca. Uno pensaría que, hoy por hoy, necesitamos más «anmnistiansiedad». O «constituciansiedad». O «demografiansiedad». El reconocimiento lingüístico de la «ecoansiedad» significará reconocer su estatus patentemente patológico.
¿No sería mejor que fomentásemos, ya puestos, la «deficitis», la «deudapublialgia» o la «nataliosis»? Sin necesidad de entrar a negar el cambio climático, cualquier científico, todos los economistas y los estadísticos más elementales son conscientes de que de aquí a que ese cambio climático plantee problemas serios a la población mundial ya nos habrá estallado una crisis de deuda de dimensiones colosales o el envejecimiento de la población nos habrá dejado al borde de la extinción. Puestos a tener ansiedad, mejor con motivos…
Autor: Enrique García-Máiquez

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