Gordon Govier, editor del noticiario de arqueología bíblica Artifax, ha realizado para Christianity Today una selección de 10 descubrimientos arqueológicos del año 2021 (con un bonus «frutal» añadido), señalando que se ha tratado de un año con grandes resultados para esta disciplina.
1. Los exigentes jardines de Herodes en Jericó
Herodes el Grande, famoso por la matanza de los inocentes y tratar de engañar a los Magos, es admirado por los arqueólogos por las impresionantes construcciones que levantó: la fortaleza de Masada, el Herodión, el mismo Templo al que acudió Jesús…
En 2021 los arqueólogos han estudiado su palacio de Jericó, o más concretamente, muestras de tierra que se recogieron en los años 70, hace medio siglo. Al analizar los restos de polen, los científicos descubrieron plantas que no eran del desierto ni de esa zona. Se demuestra así que el jardín requería un esfuerzo especial y que para Herodes era una ocasión de impresionar a sus visitantes con un jardín exótico.
2. El teatro y basílica de estilo romano de Herodes en Ascalón
Ascalón, que había sido una de las 5 ciudades costeras de los filisteos, para la época de Herodes el Grande era una ciudad helenística, de cultura greco-romana. De hecho, Herodes no gobernaba sobre ella, pero para impresionar a sus pobladores construyó allí una basílica más grande que un campo de fútbol (una basílica era entonces un edificio para actividades públicas y reuniones) y en un espacio anexo un pequeño teatro, llamado un odeón. Ascalón era territorio pagano y estos edificios tenían estatuas paganas. Los arqueólogos ya excavaron esta basílica hace más de 100 años pero ahora excavan más y quieren atraer visitantes organizando un parque (Ashkelon National Park), que incluirá reconstruir columnas y colocar estatuas de mármol de dioses paganos.
3. La frontera del faraón Hofra de Jeremías, un estela aún por traducir
Entre el 588 y el 586 a.C. el rey babilonio Nabucodonosor asedió Jerusalén. El faraón Hofra de Egipto (llamado Apries en las fuentes griegas, que reinó entre el 588 y el 569 a.C.) intentó ayudar a Jerusalén para debilitar a los babilonos, pero fracasó. El libro de Jeremías cuenta el ataque babilonio en Jer 37, 5-11. En Jer 44,30 una profecía menciona al faraón por su nombre, algo que sucede pocas veces en la Biblia: «He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida».
La novedad de 2021 fue que encontraron en el campo de un granjero en el noroeste de Egipto una estela con 15 líneas de jeroglíficos aún por traducir, pero que según el secretario general de antigüedades de Egipto, Mustafá Waizry, sería una estela en la frontera del rey Hofra «durante sus campañas militares hacia el Este».
Estela descubierta en 2021 del faraón Hofra o Apries, mencionado por su nombre por Jeremías; no logró ayudar a Jerusalén contra los babilonios: aún sin traducir
¿Explicará la estela la versión egipcia de la guerra de Jerusalén? En cualquier caso, Hofra murió luchando contra enemigos en Libia años después de esa guerra… lo que encaja con la profecía de Jeremías.
4. Toda una ciudad egipcia nueva junto a Luxor… ¿datos sobre el Éxodo?
En la orilla occidental del Nilo, junto a Luxor, los arqueólogos encontraron una ciudad enorme, de nombre e historia desconocida. Pero le han puesto fecha: el reinado de Amenotep III (también llamado Amenofis III), del 1.390 al 1.353 a.C. Este faraón fue el abuelo del famoso Tutankamon y el nieto de Amenofis II, que muchos estudiosos cristianos creen que pudo ser el faraón del libro de Éxodo.
Parece que esta ciudad fue abandonada de forma súbita. Quizá Ajnatón (Amenofis IV) trasladó a todos sus habitantes para fundar en otro sitio su nueva capital, Tell el-Amarna. Explorar esta ciudad puede revelar datos sobre la vida diaria en Egipto en la época de Moisés.
5. El pie de un crucificado en la Inglaterra romana tardía
Que los romanos crucificaban no sólo lo sabemos por la Biblia, sino por muchas fuentes escritas de los propios romanos en distintas épocas y ocasiones.
Pero encontrar restos de personas crucificadas ha sido casi imposible. Sólo se encontró un caso en todo el mundo, en 1968, descrito por Vassilios Tzaferis. Fue en una tumba en Jerusalén. Eran los huesos de un hombre joven crucificado, de 25 a 29 años, que debía estar ligado a una familia acomodada, y fue ejecutado en el siglo I. En su osario ponía su nombre: Yehohanan, hijo de Hagakol.
Y hasta 2021 nunca se encontró otro resto de persona crucificada. El nuevo hallazgo se anunció a inicios de diciembre en British Archaeology Magazine, un esqueleto en una tumba en Fenstanton en Cambridgeshire, Inglaterra, con un clavo en la parte trasera del pie derecho. La fecha sería cercana al 400 d.C.
Los romanos retiraron sus tropas del Muro de Adriano en el años 401 o 402 y los escotos, sajones y pictos asaltaban Britania en esas fechas. Pero se considera que el emperador Constantino, ya cristiano, al final de su reinado en el 337 abolió en el Imperio la práctica de las crucifixiones. Asombra encontrar restos de una crucifixión de 60 años después. ¿O eran los bárbaros los que crucificaron a esa víctima misteriosa?
6. Muchos hallazgos en las cuevas del Mar Muerto
La Autoridad Israelí de Antigüedades, tras 4 años excavando en cuevas cercanas al Mar Muerto de difícil acceso, mostraron sus hallazgos: restos de flechas, monedas, peines, restos momificados de una muchacha (por proceso natural) y docenas de fragmentos de textos bíblicos, con pasajes de Zacarías y Nahum, que no tienen nada que ver con la comunidad de Qumram y dan ideas sobre traducciones.
Pero a los arqueólogos lo que más les asombró fue una cesta, con cierre, de materia vegetal que consideran del 10.500 a.C., es decir, las cesta más antigua que se ha encontrado jamás. La Biblia menciona cestas y capazos en varias ocasiones (los panes y los peces, la fuga de San Pablo, etc…) y eso siempre resulta inspirador.
7. Almacenes y prensa de vino en Jamnia
Jamnia es el nombre antiguo de la ciudad que hoy se llamana Yavne, en Israel. Se considera que tras la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 los fariseos se reunieron allí y reestructuraron el judaísmo creando el actual judaísmo rabínico de raíz farisea. Actualmente la ciudad crece, hay muchas construcciones nuevas y van apareciendo hallazgos arqueológicos. Este año encontraron 5 enormes prensas de vino y cuatro almacenes para vino, aproximadamente del año 500 d.C. Más antigua es una prensa del 300 a.C, de época persa.
8. Un edificio de la época de Jesús… ¡dañado por un terremoto!
Hay un edificio público de época romana en el Monte del Templo de Jerusalén que se descubrió en 1867, empezó a excavarse en 1966 y ahora se ha terminado de excavar. Shlomit Weksler-Bdolach, el director de la excavación para la IAA, lo data hacia el año 20 d.C., es decir, la época de Jesús. Tenía dos cámaras idénticas y una fuente adornada. Probablemente pertenecía a una familia ligada a los sumos sacerdotes. Según los arqueólogos, un edificio lo dañó en el 33 d.C., aunque luego fue reconstruido. Eso hace pensar en el temblor de tierra que menciona el Evangelio en la crucifixión de Jesús.
9. Un trozo de cerámica con un nombre de la época de Gedeón
De la época de los Jueces (antes del reinado de David, es decir, antes del año 1000 a.C) la arqueología no tiene casi nada.
Por eso asombró encontrar en Khirbat er-Ra’i, al sur de Israel, un trozo de cerámica de jarra de un estrato del año 1.100 a.C con un nombre escrito: Jerub-baal. Más aún, Jerub-baal es un nombre que encontramos en la Biblia, y precisamente en el libro de Jueces 6,31-32. Cuando Gedeón destruye un altar del dios Baal, dan a Gedeón el nombre de «Jerub-baal», que significaría «Baal le combata».
Cerámica de la época de los Jueces con el nombre Jerub-baal, hallazgo de 2021… ¡un nombre que encontramos en el libro de Jueces, en la historia de Gedeón, y en ningún otro sitio! – foto de Dafna Gazit, Israel Antiquities Authority
Muchos piensan que si Gedeón vivió, probablemente fue unos cien años antes que la fecha que se da a la jarra, pero el hallazgo refuerza la fiabilidad del libro de Jueces. También constataría la escritura alfabética en esa época en la región (en Jueces 8,14 ya leemos acerca de un joven que escría los nombres de los ancianos).
10. Una segunda sinagoga en Magdala
Ya era asombroso que hace 12 años se descubriera una sinagoga de la época de Jesús en Magdala, junto al lago de Genesaret, y precisamente en el terreno del centro Magdala de los legionarios de Cristo. Pero 2021 ha asombrado a todos con el hallazgo de una segunda sinagoga de la misma época unos 200 metros más allá, anunciada por la Universidad de Haifa.
En Mateo 4,23 leemos que «Jesús recorrió toda Galilea, enseñando en las sinagogas». Magdala está en Galilea, junto al lago, era evidentemente una ciudad rica, dedicada a la industria de conservación y exportación de pescado. Y si tenía dos sinagogas, Jesús acudiría a ellas. Estaban en la carretera de Nazaret a Cafarnaum: la ruta de Jesús.
Tradicionalmente, los historiadores pensaban que antes de la destrucción del templo en el año 70 las sinagogas no eran un centro religioso, sino sólo un lugar de reunión. Pero la sinagoga de Magdala muestra su uso religioso, como mínimo para predicar y estudiar la Palabra. Y si hay dos, se plantean muchas preguntas. ¿Gran devoción de los habitantes? ¿Dos escuelas de pensamiento distinto?
Y una sorpresa: ¡plátanos filisteos!
Un estudio en el Proceedings of the National Academy of Sciences (difundido por National Geographic) ha examinado los dientes de canaanitas y filisteos de la época del Rey Salomón (hacia el 950 a.C) y ha encontrado restos de plátano.
Chips de plátano, en láminas finas secas… las comían filisteos y cananeos, y quizá también la corte de Salomón, pero tenían que llegar de muy lejos, quizá de la India
Los estudiosos no creen que se cultivaran plátanos en el Israel antiguo, por lo mismo que no se cultivan en la España actual, excepto en ese lugar especial que son las Islas Canarias. Es una planta que requiere muchísima humedad y ciertas temperaturas estables. Sospechan que los plátanos llegaban del Sudeste Asiático, quizá de la India, probablemente como fruta seca, una delicia de importación. Se parecería a las actuales «chips» de plátano seco y crujiente, según la antropóloga de Harvard Christina Warinner.
Pero eso hace pensar en unas asombrosas rutas de comercio en la época de Salomón… precisamente, el rey que era capaz de conseguir productos de lugares lejanos y que enviaba barcos a Tarsis, la actual España.