Dios nos conduce a traves del Alma y nos ayuda a poder caminar por encima de aquellas cosas que nos afligen, nos quitan la camla y nos dan temor. Él nos sostiene, nos guía, nos mira y nos consuela. Cuando nos habla al corazón amplía nuestros horizontes del paz y nos vuelve más compasivos. Dios nos pide que nos pongamos a su servicio, que nos inclinemos a atender de todas las maneras posibles a quienes hoy nos necesitan, hasta donde llegue nuestro corazón, porque hay ocasiones en que el creador sólo cuenta con nuestras manos y nuestros gestos cargados de amor.