Esta maravillosa oración de San Ambrosio para realizar antes de recibir la Santa Eucaristia nos ayuda a reflexionar sobre nuestros pecados y a prepararnos con un corazón arrepentido y limpio para recibir la Santa Eucaristía.
Al realizar esta oración disponemos el alma para recibir abundantes gracias y bendiciones al comulgar. Al mismo tiempo, esta oración fomenta nuestra fe en el poder transformador de la Eucaristía y en la misericordia de Dios,
Oración
Señor mío Jesucristo, yo pecador indigno, confiando en tu misericordia y
bondad, vengo a tomar parte en este Banquete Santísimo del Altar.
Reconozco que tanto mi corazón como mi mente están manchados con muchos
pecados; y, que mi cuerpo y mi lengua no han sido guardados cuidadosamente.
Por lo cual, Dios adorable, yo miserable pecador, en medio de tantas angustias
y peligros, recurro a Ti que eres fuente de misericordia, ya que me es imposible
excusarme ante tu mirada de Juez irritado. Deseo vivamente obtener tu perdón,
ya que eres mi Redentor y Salvador.
A Ti Señor presento mis debilidades y pecados para que me perdones.
Reconozco que Te he ofendido frecuentemente. Por eso me humillo y me
arrepiento y espero en tu misericordia infinita.
Olvida mis culpas y no me castigues como merecen mis pecados. Perdóname,
Tú que eres la misma bondad. Amén.
Promesas
Al recitarla con un corazón sincero y arrepentido, podemos obtener la gracia de Dios para perdonar nuestros pecados y fortalecer su fe. La oración también nos puede ayudar a recibir la Eucaristía con mayor fruto espiritual, uniéndose más profundamente con Jesús y recibiendo las gracias que Él ofrece en este sacramento.
Origen
Esta oración fue compuesta por San Ambrosio de Milán (340-397 dC), uno de los Padres de la Iglesia, San Ambrosio la escribió para que los fieles la rezaran antes de acercarse a recibir la Sagrada Eucaristía. Se trata de una hermosa expresión del espíritu de humildad y contrición que debe preceder a la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Oración de San Ambrosio: Preparación espiritual para recibir la Sagrada Eucaristía
La Sagrada Eucaristía es el centro y cumbre de la vida cristiana, pues en ella recibimos el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Por esta razón, es importante que nos acerquemos a este Sacramento con la debida preparación espiritual.
Una hermosa tradición que nos ayuda en este sentido es la Oración de San Ambrosio, compuesta por el gran Padre de la Iglesia del siglo IV. Esta plegaria expresa el espíritu de humildad, arrepentimiento y confianza en la misericordia de Dios que debe preceder a la recepción de la Sagrada Comunión.
Ante la inmensidad de nuestros pecados, acudimos a Dios como única fuente de misericordia. Reconocemos que somos incapaces de excusarnos ante Su mirada justa, y solo en Su infinita bondad encontramos la esperanza del perdón.
En esta oración, el fiel reconoce su indignidad y la necesidad del perdón divino. Confiesa abiertamente sus pecados y debilidades, y acude a la fuente de la misericordia que es Jesucristo. Lejos de ser un mero trámite, esta preparación interior dispone el alma para recibir con mayor fruto los hechos celestiales.
Al igual que San Ambrosio, los cristianos de todos los tiempos han recurrido a esta preciosa oración como un medio eficaz para prepararse espiritualmente antes de acceder al Sacramento del Altar. Así, experimenta con mayor intensidad la presencia de Jesucristo y los frutos de su redención.
La Oración de San Ambrosio nos invita, pues, a acercarnos a la Sagrada Eucaristía en la Santa Misa con la humildad, la contrición y la confianza que agradan a Dios. Es un tesoro de la piedad católica que enriquece nuestra vida sacramental y fortalece nuestra unión con Cristo.