Llevar esta medalla con nosotros y rezar la oración de la Novena Perpetua a la Virgen de la Medalla Milagrosa, nos ayuda a crear un mundo mejor, convirtiéndonos en herramientas y medios para ayudar a los pobres y necesitados.
La Madre Santísima a través de las apariciones acontecidas en 1830 a Catalina Labouré, nos hace llegar el modelo de una Medalla Milagrosa, la cual debe ser acuñada a solicitud de la Virgen para que todo aquel que la lleve se ha favorecido por las gracias de la Inmaculada.
Oración
Invocación al Espíritu Santo
¡Ven, oh, Espíritu Santo!
Llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
V: Envía Tu Espíritu y todas las cosas serán creadas.
R: Y renovarás la faz de la Tierra.
Oremos
Se reza tres veces
¡Oh, Dios, que has ilustrado ´
los corazones de Tus fieles
con la Luz del Espíritu Santo!
Concédenos que por este
mismo espíritu saboreemos
lo que es recto y gocemos
siempre de su Consuelo Divino,
por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
V:¡Oh, María, sin pecado concebida!
R: Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
Oración
¡Oh, Jesús! Tú que Te has dignado glorificar
con innumerables milagros a la
Bienaventurada Virgen María Inmaculada
desde el primer instante de su Concepción,
concede a los que imploramos
su protección en la Tierra
que podamos gozar eternamente de Tu Presencia en el Cielo.
Tú, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas,
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
¡Oh, Jesús! Que para realizar tus mejores obras
escogiste las cosas débiles del mundo,
a fin de que ninguna se gloriase ante Tu Presencia,
y que para aumentar y difundir la fe
en la Inmaculada Concepción de Tu Madre
quisiste que la Medalla Milagrosa
se manifestara a Santa Catalina Labouré,
concédenos, que llenos de esa humildad,
podamos glorificar este misterio
con alabanzas y obras. Amén.
Memorare
San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)
Acordaos, ¡oh, Piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a Ti,
implorando Tu asistencia y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado por ti.
Animado (a) con esta confianza, a ti acudo,
Oh, Madre, ¡Virgen de las Vírgenes!,
y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No desechéis ¡Oh, Madre del Dios!
mis humildes súplicas, antes bien,
escuchadlas y atendedlas favorablemente. Amén.
Oración
¡Oh, Inmaculada Virgen Maria,
¡Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre nuestra!,
llenos de viva confianza en Tu poderosa Intercesión,
tantas veces manifestada por la Medalla Milagrosa,
estos Tus amantes y fieles hijos,
Te suplicamos nos consigas las gracias
y favores que Te pedimos durante esta Novena,
si han de ser para el bien de nuestras almas
y de aquellas por las cuales Te pedimos.
(Mencione aquí́ la Gracia que se desea obtener).
¡Oh, Maria!, bien sabes,
cuantas veces nuestras almas
han sido morada de Tu Divino Hijo,
quien detesta la iniquidad.
Consíguenos aversión al pecado
y pureza de corazón
que nos una a Dios y así́,
todos nuestros pensamientos,
palabras y obras sirvan únicamente
para Su mayor gloria.
Consíguenos, también,
el espíritu de oración y abnegación,
para que por medio de la penitencia
recobremos lo que perdimos por el pecado,
y podamos llegar finalmente
a la bendita morada
donde eres Reina de los Ángeles y de los hombres. Amen.
Acto de Consagración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
¡Oh, Virgen, Madre de Dios, Inmaculada Maria!,
nos ofrecemos y consagramos a Ti,
bajo el Titulo de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros,
prenda del Amor que nos tienes,
y nos recuerde nuestros deberes para con Contigo.
Que siempre que la llevemos
nos bendiga Tu amorosa protección,
y nos conserve en la gracia de Tu Hijo.
¡Oh, Virgen poderosa, ¡Madre de nuestro Salvador!,
consérvanos siempre a Tu lado
en todos los instantes de nuestra vida.
Concede a estos Tus hijos,
la gracia de una buena muerte,
para que en unión contigo
podamos gozar para siempre
de la entera felicidad. Amén.
V: ¡Oh, Maria, Sin Pecado Concebida!
R: Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
Se reza tres veces
Origen
Catalina Labouré, había ingresado hace unos meses a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul (Vicentinas) en París, Francia, cuando presenció tres apariciones de la Virgen Santísima en 1830, de quien recibió un modelo de Medalla Milagrosa para ser acuñada y entregada a todos sus hijos. El encuentro con la Santa Madre ocurrió en la capilla privada de la casa Madre de las Hermanas.
Promesa
La inmaculada solicitó a Sor Catalina que acuñará su medalla según el modelo que le había enseñado para que: «Cuantas personas la lleven, recibirán grandes gracias que serán más abundantes de llevarla al cuello y con confianza«.
La Virgen también nos promete conversiones de pecadores, curaciones de enfermedades de todo tipo, ayuda en grandes necesidades y tribulaciones, socorro en peligro de muerte, etc. Si queremos llevar con nosotros el cariño material del Corazón de María, no olvidemos llevar siempre con nosotros esta Medalla Milagrosa.
Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa: Fe, favores y protección
Recemos esta Novena Perpetua a la Medalla Milagrosa para pedir y agradecer por todos los favores entregados a tantos de sus hijos en el mundo. Esa medalla fue entregada a Catalina Labouré con el firme propósito de renovar nuestra fe en la Virgen Santísima y para hacernos recordar que podemos acudir a Ella ante cualquier preocupación, pues es nuestra Madre y siempre estará a nuestro lado para guiarnos y protegernos.
Apariciones de la Virgen de la medalla milagrosa.
La primera aparición de la Virgen inmaculada a Catalina Labouré fue el 18 de julio de 1830 a las 23:30 horas, cuando un ángel en forma de niño la despierta diciéndole que la Virgen la está esperando en la capilla. Acudió a su llamado y llegando al comulgatorio se arrodilló ante las gradas del altar con las manos apoyadas sobre las rodillas de la Virgen, viviendo el momento más feliz de su vida. En ese momento la Santa Madre le dice «Dios quiere confiarte una misión, tendrás que sufrir mucho. Pero no tengas miedo».
Recordemos que por esas fechas habían revoluciones y muerte, pero la virgen le dijo que no debía preocuparse, porque el camino de esperanza estaba en la Eucaristía: «Vengan a los pies de este altar; aquí las gracias se derramarán sobre todas las personas que las pidan llenas de confianza y con fervor«.
La segunda aparición de la Virgen fue el 27 de noviembre de 1830, la cual también sucedió en la capilla durante la oración de la tarde. Esta aparición tiene tres momentos. En el primer momento la virgen se encuentra de pie sobre una semiesfera terrestre y bajo sus pies estaba una serpiente siendo aplastada. En sus manos, a la altura del pecho, sostenía una pequeña esfera dorada que la elevaba al Cielo como símbolo de ofrenda. Luego de este acto, la Virgen le dice a Catalina: «La pequeña esfera representa al mundo y a cada uno de nosotros, a quienes tiene siempre muy cerca de su corazón maternal».
En un segundo momento unos rayos de luz salen de las manos de María e ilumina el globo terrestre donde posaban sus pies: «Estos rayos son símbolo de las gracias que María alcanza a cuantos se las piden». Luego, alrededor de la aparición se forma un óvalo con la forma de la medalla en donde se escriben unas letras de oro que se convertirían, a partir de ese momento, en la invocación a la Santa Madre: «Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos».
Luego de esto, en un tercer momento, la medalla gira mostrando el reverso, en donde se apreciaba una cruz en la parte superior que coronaba la inicial del nombre de María. Debajo de la inicial habían dos corazones, uno que está rodeado con espinas y el otro con una espada atravesada. En ese momento la inmaculada le dice «Haz acuñar una medalla según este modelo. Las gracias serán abundantes para las personas que la lleven con confianza».
En su tercera aparición, el 27 de noviembre de 1830, durante la oración de las 5 de la tarde en la Capilla, la Virgen Santísima, le recuerda y confirma a Catalina la misión que le ha encomendado, acuñar la medalla según el modelo que Ella le había mostrado.
Llevar la Medalla Milagrosa con nosotros es símbolo de fe y sobre todo demuestra que queremos escuchar a Dios y a María, así como dejarnos guiar por el Espíritu Santo. También nos enseña a ser más comprensibles y tener empatía por los pobres y necesitados.
Esta medalla fue acuñada por primera vez en 1832 y su distribución ha continuado hasta el día de hoy, por eso, se aconseja que, si se cuenta con esta medalla bendecida por algún sacerdote no dejar de hacer la Jaculatoria: “¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos!” para invocar la misericordia de la Virgen.
A través de la Medalla Milagrosa, María nos enseña a ser misericordiosos como lo es el Santo Padre, y nos invita a luchar por crear un mundo mejor, en paz, más humano y más justo.
Conmemoramos a la Virgen de la Medalla Milagrosa cada 27 de noviembre.
Video de la oración:
Te compartimos estas oraciones para pedir favores a la Santa Madre, sólo pídelas con fe y sinceridad: “Novena de Emergencia de la Madre Teresa”, “Oración Bendita sea tu pureza”, también puedes pedir protección y alejar el mal para mejorar tu entorno y el de tu familia. “Oración para el angustiado” o la “Oración al Padre Celestial”. “Oración para triunfar sobre los demonios”, “Oración para rechazar al maligno” o la “Oración a San Miguel Arcángel”
Mas información sobre esta oración:
Pidamos salud con esta oración de la Medalla Milagrosa para los enfermos, también es conocida como el Rosario a la Virgen de la Medalla Milagrosa o Novena a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y que es conocida por su gran poder celestial.
También recomendamos tener un devocionario de la Medalla Milagrosa donde encontrarás diferentes oraciones para rezarle y pedir favores.