Juan Diego había quedado en reunirse con la Virgen de Guadalupe al día siguiente de su tercera aparición, es decir el martes, para que le diera la señal que el Obispo Juan de Zumárraga había solicitado como prueba de que el relato de Juan Diego era cierto.
Pero esa cuarta aparición de la Guadalupana, su corazón estaba angustiado, porque su tío se encontraba gravemente enfermo y este le había pedido que saliera de madrugada a llamar algún sacerdote de Tlatilolco para confesarse y morir en paz.
Tomado del Nican Mopohua de Don Antonio Valeriano
- Y al día siguiente, lunes, cuando debía llevar Juan Diego alguna señal para ser creído, ya no volvió.
- Porque cuando fue a llegar a su casa, a su tío, de nombre Juan Bernardino, se le había asentado la enfermedad, estaba muy grave.
- Aun fue a llamarle al médico, aun hizo por él, pero ya no era tiempo, ya estaba muy grave.
- Y cuando anocheció, le rogó su tío que cuando aún fuere de madrugada, cuando aún estuviere oscuro, saliera hacia acá, viniera a llamar a Tlatilolco algún Sacerdote para que fuera a confesarlo, para que fuera a prepararlo,
- porque estaba seguro de que ya era el tiempo, ya el lugar de morir, porque ya no se levantaría, ya no se curaría.
- Y el martes, siendo todavía mucho muy de noche, de allá vino a salir, de su casa, Juan Diego, a llamar el Sacerdote a Tlatilolco,
- y cuando ya acertó a llegar al lado del cerrito terminación de la sierra, al pie, donde sale el camino, de la parte en que el sol se mete, en donde antes él saliera, dijo:
- “Si me voy derecho por el camino, no vaya a ser que me vea esta Señora y seguro, como antes, me detendrá para que le lleve la señal al gobernante eclesiástico como me lo mandó;
- que primero nos deje nuestra tribulación; que antes yo llame de prisa al Sacerdote religioso, mi tío no hace más que aguardarlo”
- En seguida le dio la vuelta al cerro, subió por en medio y de ahí, atravesando, hacia la parte oriental fue a salir, para rápido ir a llegar a México, para que no lo detuviera la Reina del Cielo.
- Piensa que por donde dio la vuelta no lo podrá ver la que perfectamente a todas partes está mirando.
- La vio cómo vino a bajar de sobre el cerro, y que de allí lo había estado mirando, de donde antes lo veía.
- Le vino a salir al encuentro a un lado del cerro, le vino a atajar los pasos; le dijo:
- “¿Qué pasa, el más pequeño de mis hijos? ¿a dónde vas, a donde te diriges?”
- Y él, ¿tal vez un poco se apenó, o quizá se avergonzó? ¿o tal vez de ello se espantó, se puso temeroso?
- En su presencia se postró, la saludó, le dijo:
- “Mi Jovencita, Hija mía la más pequeña, Niña mía, ojalá que estés contenta; ¿cómo amaneciste? ¿Acaso sientes bien tu amado cuerpecito, Señora mía, Niña mía?
- Con pena angustiaré tu rostro, tu corazón: te hago saber, Muchachita mía, que está muy grave un servidor tuyo, tío mío.
- Una gran enfermedad se le ha asentado, seguro que pronto va a morir de ella.
- Y ahora iré de prisa a tu casita de México, a llamar a alguno de los amados de Nuestro Señor, de nuestros Sacerdotes, para que vaya a confesarlo y a prepararlo,
- porque en realidad para ello nacimos, los que vinimos a esperar el trabajo de nuestra muerte.
- Mas, si voy a llevarlo a efecto, luego aquí otra vez volveré para ir a llevar tu aliento, tu palabra, Señora, Jovencita mía.
- Te ruego me perdones, tenme todavía un poco de paciencia, porque con ello no te engaño, Hija mía la menor, Niña mía, mañana sin falta vendré a toda prisa”.
- En cuanto oyó las razones de Juan Diego, le respondió la Piadosa Perfecta Virgen:
- “Escucha, ponlo en tu corazón, hijo mío el menor, que no es nada lo que te espanto”, lo que te afligió; que no se perturbe tu rostro, tu corazón; no temas esta enfermedad ni ninguna otra enfermedad ni cosa punzante, aflictiva.
- ¿no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿no estas bajo mi sombra y resguardo? ¿no soy yo la fuente de tu alegría? ¿no estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿tienes necesidad de alguna otra cosa?
- Que ninguna otra cosa te aflija, te perturbe; que no te apriete con pena la enfermedad de tu tío, porque de ella no morirá por ahora. Ten por cierto que ya está bueno”.
- (Y luego en aquel mismo momento sanó su tío, como después se supo).
- Y Juan Diego, cuando oyó la amable palabra, el amable aliento de la Reina del Cielo, muchísimo con ello se consoló, bien con ello se apaciguó su corazón,
- y le suplicó que inmediatamente lo mandara a ver al gobernante Obispo, a llevarle algo de señal, de comprobación, para que creyera.
- Y la Reina Celestial luego le mandó que subiera a la cumbre del cerrillo, en donde antes la veía;
- Le dijo:-”Sube, hijo mío el menor, a la cumbre del cerrillo, a donde me viste y te di ordenes;
- Allí veras que hay variadas flores: córtalas, reúnelas, ponlas todas juntas; luego baja aquí; tráelas aquí, a mi presencia”.
- Y Juan Diego luego subió al cerrillo,
- y cuando llegó a la cumbre, mucho admiró cuantas había, florecidas, abiertas sus corolas, flores las más variadas, bellas y hermosas, cuando todavía no era su tiempo;
- porque de veras que en aquella sazón arreciaba el hielo;
- estaban difundiendo un olor suavísimo; como perlas preciosas, como llenas de rocío nocturno.
- Luego comenzó a cortarlas, todas las juntó, las puso en el hueco de su tilma.
- Por cierto que en la cumbre del cerrito no era lugar en que se dieran ningunas flores, sólo abundan los riscos, abrojos, espinas; nopales, mezquites,
- y si acaso algunas hierbecillas se solían dar, entonces era el mes de diciembre, en que todo lo come, lo destruye el hielo.
- Y en seguida vino a bajar, vino a traerle a la Niña Celestial las diferentes flores que había ido a cortar,
- y cuando las vio, con sus venerables manos las tomó;
- luego otra vez se las vino a poner todas juntas en el hueco de su ayate, le dijo:
- “Mi hijito menor, estas diversas flores son la prueba, la señal que llevaras al obispo;
- De mi parte le dirás que vea en ellas mi deseo, y que por ello realice mi querer, mi voluntad.
- Y tú…, tú que eres mi mensajero…, en ti absolutamente se deposita la confianza;
- Y mucho te mando con rigor que nada más a solas, en la presencia del obispo extiendas tu ayate, y le enseñes lo que llevas.
- Y le contaras todo puntualmente, le dirás que te mande que subieras a la cumbre del cerrito a cortar flores, y cada cosa que viste y admiraste,
- Para que puedas convencer al gobernante sacerdote, para que luego ponga lo que está de su parte para que se haga, se levante mi templo que le he pedido”.
- Y en cuanto le dio su mandato la Celestial Reina, vino a tomar la calzada, viene derecho a México, ya viene contento
Origen
En el Nican Mopohua encontraremos la historia de todas las apariciones de la Virgen de Guadalupe, la cual fue escrita por Don Antonio Valeriano entre los años 1540 a 1545 y que se encuentra en su idioma natal. Náhuatl.
Promesa
Mantener la unión entre los pobladores de América abrazando la fe y logrando más conversiones. Además de guiarnos para están en compañía de Jesucristo.
La cuarta aparición de la Guadalupana: La Virgen de Guadalupe, siempre a nuestro lado
Podemos apreciar en esta cuarta aparición de Nuestra Señora de Guadalupe que la Virgen siempre se encuentra a nuestro lado, sabe todas las apenas que nos afligen, las cuales serán eliminadas de nuestro corazón si es que siempre creemos en ella.
La promesa de la Virgen de Guadalupe es mantenernos unidos siempre en la fe, es por eso, que nos pide que nos apoyemos en Ella y le hagamos llegar nuestras súplicas de fortaleza para pasar los momentos difíciles en nuestra vida. Así como hizo con Juan Diego, quién tenía el firme propósito de ayudar a su tío en los últimos momentos de su vida, pero la Guadalupana tenía otra intención en mente y es por eso que cura a su tío, dándoles tranquilidad para que cumpla con su misión.
La Guadalupana es Pro Vida, sólo basta con mirar Su imagen donde veremos una cinta amarrada sobre Su vientre, la cual hace resaltar su embarazo, y si sacamos cuentas, su aparición se manifiesta dos semanas antes del nacimiento del niño Jesús.
Por tales motivos, los movimientos Pro Vida, recurren a Ella para tener la fortaleza y el conocimiento que necesitan transmitir a quienes están pensando en cometer el pecado del aborto y/o apoyan este acto.
Video de la oración:
Conoce la historia completa ingresando a estos enlaces: “Introducción a las Apariciones Guadalupanas”, “Primera Aparición de la Guadalupana”, “Segunda Aparición de la Guadalupana”, “Tercera Aparición de la Guadalupana” y “Quinta Aparición de la Guadalupana”
También te compartimos estas oraciones para consagrar tu vida a la Santísima Virgen “Oración del Santo Rosario”, “Consagración diaria a la Inmaculada”, “Oración de consagración a la Virgen María”, “Devoción de los 9 primeros Viernes de mes, dedicados al Sagrado Corazón” , “Devoción de los 6 primeros Jueves de mes”, “Devoción de los 5 primeros Sábados”.
Mas información sobre esta oración:
Virgen de Guadalupe historia real la encontramos en el documento de Nican Mopohua escrita por Don Antonio Valeriano y en donde se cuenta como apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe original en la tilma de Juan Diego y que ha dado pie para mostrar dibujos de las apariciones de la virgen de Guadalupe para niños, ya sea para colorear o para que aprendan más sobre la Guadalupana.