La corona de Adviento es un símbolo tradicional importante durante la temporada de Adviento. Cada domingo, se enciende una vela adicional para marcar el progreso hacia la celebración del nacimiento de Jesús en Navidad.
El tercer domingo de Adviento se conoce como «Domingo de la Alegría» o «Domingo Gaudete» La Corona de Adviento – Tercer domingo de adviento sirve como una herramienta visual para ayudar a las personas a contar los días hasta Navidad y recordarles la importancia espiritual de la temporada de Adviento. Cada vela encendida simboliza la luz que Jesús trae al mundo y la esperanza que representa. Además, las velas se asocian con las virtudes del Adviento: esperanza, amor, alegría y paz.
Oración
Se encienden las dos primeras velas.
Hermanos, llenos de alegría porque el Señor está cerca
y unidos en la fe común, preparémonos para encontrarnos con Él.
Se enciende la vela Rosa.
Oremos:
Que nuestras responsabilidades terrenales no nos impidan,
Señor, prepararnos a la venida de tu Hijo
y que la sabiduría que nos viene del cielo
nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida
por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Escuchemos las palabras del Señor que nos alientan y expresan su amor y deseo de estar con nosotros.
Lectura del profeta Isaías 35, 1amory 10.
“Que se alegren el desierto y la tierra seca, que reverdezca y se cubra de flores la pradera, que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues, le han regalado la grandeza del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón, allí aparecerá toda la grandeza de Yahvé, todo el brillo de nuestro Dios. Por este camino regresarán los liberados por Yahvé que llegarán de Sión dando gritos de alegría y con una dicha eterna reflejada en sus rostros, la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no tendrán más pena ni tristeza»
Renovemos nuestra fe en Jesús y nuestro amor concreto al prójimo recordando nuestro compromiso anterior y propongámonos otro para esta semana:
Actividades para la semana
Arreglar un pequeño nacimiento con la participación común.
Sugerencia para tu vida espiritual
Dedicar un momento de oración para pedir por todas las familias especialmente por la tuya.
Oración
Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe
la fiesta de nacimiento de tu hijo
y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación
con un corazón nuevo y una inmensa alegría
por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
¡Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos!
Promesas
Se nos insta a cultivar la alegría en nuestras vidas y compartirla con los demás. Nos recuerda que la venida de Jesús es motivo de regocijo y nos invita a reflexionar sobre el gozo que encontramos en nuestra fe. Además, nos anima a renovar nuestra esperanza y a vivir en la certeza de que Dios cumple sus promesas.
Origen
El origen de la corona de Adviento se remonta a la tradición pagana europea de encender velas y luces durante el invierno como un símbolo de esperanza en medio de la oscuridad. En el contexto cristiano, la corona de Adviento fue introducida por primera vez en la década de 1800 por Johann Hinrich Wichern, un pastor alemán y fundador de un hogar para niños en Hamburgo. Originalmente, Wichern usó una rueda de carreta con velas para ayudar a los niños a contar los días hasta Navidad. A lo largo del tiempo, esta tradición se ha extendido y adaptado en diferentes formas, incluida la corona de Adviento tal como la conocemos hoy.
Descubre el poder transformador de la Corona de Adviento
La temporada navideña está llena de luces brillantes, pero hay una corona que brilla con un significado más profundo: la Corona de Adviento católica.
Con sus cuatro velas que representan la esperanza, el amor, la alegría y la paz, esta corona nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, la luz siempre prevalecerá. Nos invita a encender la chispa de la esperanza en nuestros corazones y a dejar que brille intensamente a medida que nos acercamos a la celebración del nacimiento de Jesús.
La Corona de Adviento lecturas nos invita a embarcarnos en un viaje de preparación y reflexión. A medida que encendemos una vela cada semana, tomamos conciencia de la importancia de este tiempo sagrado. Cada vela encendida marca un paso más en nuestro proceso de preparación para recibir la luz de Cristo en nuestras vidas. Es un recordatorio constante de que debemos dedicar tiempo a la reflexión, a profundizar nuestra fe y a renovar nuestro compromiso con los valores fundamentales del amor y la paz.
Al encender las velas con nuestros seres queridos, en nuestros hogares o en nuestras iglesias, creamos un espacio de comunión y conexión. Nos unimos en la esperanza y la expectativa compartida del advenimiento de Jesús. Esta corona nos recuerda que no estamos solos en nuestro camino y nos inspira a apoyarnos mutuamente mientras nos preparamos para celebrar juntos el nacimiento del Salvador.