La Misa es un acto muy importante de nuestra Santa Religión, porque es la renovación y perpetuación del sacrificio de Cristo en la cruz, que lo hizo a favor nuestro. En la Misa se reactualiza el sacrificio que de su propia vida hizo Jesucristo a su Eterno Padre en el calvario, para que por sus méritos infinitos nos perdone a los hombres nuestros pecados, y así podamos entrar en el cielo. Por eso la Misa es el acto más grande, más sublime y más santo que se celebra cada día en la Tierra. A este respecto, decía San Bernardo: «el que oye devotamente una Misa en gracia de Dios merece más que si diera de limosna todos sus bienes».
Ni un solo día dejaríamos de ir a la Santa Misa
¡Ah! Si las almas del Purgatorio pudieran volver a este mundo, ¡qué no harían por asistir a una sola Misa! Si pudierais vosotros mismos comprender su excelencia, sus ventajas y sus frutos, ni un solo día querríais pasar sin participar en ella.
Partes de la misa
La misa está dividida en varias partes, las cuales a su vez se descomponen en otras más pequeñas. Veamos:
Ritos iniciales
Antes de iniciar la Santa Misa con propiedad, se llevan a cabo una serie de símbolos rituales que generan o expresan disposición espiritual para participar. Estos son:
- La procesión de entrada, en la que los fieles acompañan la entrada del sacerdote y se disponen a ubicar sus lugares.
- El saludo inicial, en el que el sacerdote, invocando a la Santísima Trinidad por medio de la señal de la cruz, saluda a la asamblea y les da la bienvenida.
- El acto penitencial, en el cual todos los participantes reconocen que han pecado y se disponen a recibir la orientación de Dios desde la humildad.
- El gloria, o la glorificación de Dios, oración con la que se reconoce que solo Dios es santo y que los fieles necesitan de su gracia.
- La oración colecta, en la cual el sacerdote recoge todas las intenciones de la comunidad y las presenta ante Dios.
Liturgia de la palabra
La liturgia de la palabra, tal como su nombre lo indica, se trata de la proclamación de la palabra de Dios contenida en la Biblia y su reflexión. Está estructurada en varias partes o etapas:
- Lecturas:
- Primera lectura: esta corresponde a la lectura del Antiguo Testamento, que evoca la historia de Israel y sus profetas.
- Salmo: corresponde a la lectura comunitaria, rezada o cantada, de los salmos. Los salmos son oraciones poéticas dedicadas a Dios, y muchas de ellas fueron escritas por el Rey David.
- Segunda Lectura: corresponde a la lectura de las cartas pastorales de los apóstoles, el libro de los Hechos y el Apocalipsis, presentes en el Nuevo Testamento. La segunda lectura solo se hace los días domingo y en fiestas solemnes.
- Lectura del Santo Evangelio: Es precedida por la aclamación del evangelio, que normalmente canta «Aleluya». En este momento se lee un pasaje de alguno de los evangelios canónicos, en los que se relatan las enseñanzas de Jesús.
- Homilía: es un discurso elaborado por el sacerdote, en el cual le explica a los fieles el significado de las lecturas realizadas durante la celebración.
- Credo: Tras haber escuchado la palabra y su interpretación, los fieles se levantan a proclamar el conjunto de sus creencias como comunidad.
- Oración de los fieles: En esta sección, los fieles que lo desean expresan sus necesidades a viva voz, sea en nombre propio o en representación de la comunidad.
Liturgia de la Eucaristía
Tras la liturgia de la Palabra, sigue el momento culminante de la celebración católica: la liturgia de la Eucaristía, en la cual se repite el memorial de la Cena del Señor, de acuerdo a las instrucciones que Jesucristo dejó a sus apóstoles. Esta parte se divide en tres secciones fundamentales. A saber:
- Rito de las ofrendas: la comunidad de creyentes presenta al sacerdote el pan y el vino que este deberá consagrar.
- Gran Plegaria Eucarística: Cuando el sacerdote recibe las ofrendas (pan y vino), impone sus manos sobre ellas y pide a Dios que, por medio del Espíritu Santo, las transforme en cuerpo y sangre de Jesucristo. En esta sección, el sacerdote relata una vez más el memorial de la última cena.
- Rito de Comunión: El sacerdote presenta los dones transformados a la comunidad y, tras rezar el Padrenuestro y concederse mutuamente el don de la paz, todos los fieles se dirigen al altar para recibir el cuerpo y la sangre de Jesús en el pan y el vino.
Ritos de despedida
Al finalizar la comunión, el sacerdote eleva una oración de gracias y bendice a la comunidad de fieles que han asistido, exhortándolos a ser testimonio de la resurrección del Señor.
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