Autor: Daniel Arasa
En una gran parte de parroquias españolas y en las de muchos países de Europa Occidental, la celebración del sacramento de la Penitencia ha desaparecido.
Con la crisis del posconcilio y el desbarajuste doctrinal de aquellos años se vendieron, destruyeron o tiraron a la basura los confesionarios. No solo estos muebles dejaron de existir y sus formas pasaron al baúl de los recuerdos de las personas de cierta edad, sino, lo más grave, en modo alguno se realizan confesiones en muchos templos, aunque se prescindiera del armatoste físico del confesionario.
En algunas parroquias, a lo más, tiene lugar una vez al año una celebración penitencial colectiva en período de Cuaresma, pero no seguida de confesiones individuales como está previsto por la Iglesia, puesto que la celebración penitencial colectiva puede servir como preparación para la confesión individual y secreta, pero no la…