Suele afirmarse que el pecado más característico del escritor es la vanidad. Y es un tópico cierto, porque el escritor –tal vez porque su trabajo casi nunca tiene la resonancia que merece, o la resonancia que el escritor cree que merece– busca siempre el eco (aunque sea confuso), busca siempre el aplauso (aunque sea equívoco), busca siempre la notoriedad (aunque sea denigrante o envilecedora).
Casi siempre, la vanidad es un pecado venial, más cómico que trágico; pero ¿cómo definirla? Podría decirse que la vanidad es como un sucedáneo del orgullo, como un orgullo menor en calidad y mayor en cantidad, un orgullo de saldo o limosna, un orgullo devaluado, pero también más ostentoso que el verdadero orgullo, que suele ser discreto o clandestino, más calculador y avergonzado de sus intenciones. La vanidad, en cambio, siempre es presuntuosa, siempre hincha el pecho y…
Autor: Juan Manuel de Prada

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
La cultura es el camino de la Nueva Evangelización
El objetivo del Papa San Juan Pablo II de involucrar a la cultura en la Nueva Evangelización fue la construcción de una civilización del amor como fuente de libertad y…
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…
Hábitos del Padre Pío que todos los católicos podemos practicar
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, nos deja unos cuantos hábitos espirituales que necesitamos conocer para tener una vida más cercana a Dios. Continúa leyendo este…