Autor: Javier Lozano
En el sur de Inglaterra, concretamente en la isla de Wight, un lugar cercano a la costa pero escasamente habitado, hay una llamativa y viva vida monástica. A las afueras de la localidad de Ryde y en un bello paraje natural frente al mar se encuentra la abadía de Santa Cecilia, donde vive un nutrido grupo de monjas benedictinas, muchas de ellas bastante jóvenes, de la congregación de Solesmes.
Estas religiosas de vida contemplativa destacan no sólo por su número y por la fuerza de unas jóvenes que llega a trascender los muros de la abadía. Son ya internacionalmente conocidas por su cultivo del canto gregoriano, como explicó a ReL el prior del Valle de los Caídos, el padre Santiago Cantera, de la misma congregación que estas monjas de Ryde.
La belleza de estas voces femeninas que rezan cantando en gregoriano es una característica propia de la congregación de Solesmes, a la que se une…