Hay una edad primeriza en la que los niños van a misa porque les llevan sus padres sin cuestionarse nada más: pueden portarse mejor o peor en el templo, pero no se plantearán por qué están en él. Y luego puede haber una edad rebelde en la que los padres tengan que recurrir en alguna ocasión a toda su autoridad (es decir, a la amenaza de un castigo) para que sus hijos cumplan con el precepto dominical…
Para prevenir esa situación y que ir a la iglesia juntos toda la familia se haga de forma natural y con convicción (sin perjuicio de la formación específica que puedan recibir en la parroquia, el colegio o el propio hogar), una buena idea es trabajar en casa tres aspectos de la vida en común: la oración, las Escrituras y las comidas familiares.
Buenas costumbres
Así lo sugiere Mikki Sciba, madre de tres hijos, quien trabaja en métodos de evangelización y catequesis para niños de…
Autor: ReL
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Los 18 beneficios de asistir a la Santa Misa
La misa es el encuentro con Dios Nuestro Señor, pero no sólo con Él, también con nuestro interior, haciendo que mejoremos cada día más como personas. Este encuentro con Nuestro…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
No celebres Halloween, sino quieres rendir a Satán sin saberlo.
Holywins, es la alternativa al culto a los demonios que celebramos cada primero de noviembre Tal vez muchos de nosotros hemos celebrado Halloween cuando éramos niños, porque nos parecía divertido…