Autor: Enrique Álvarez
La Iglesia católica quiere lucir democracia y para ello está haciendo un sínodo, un proceso que durará casi tres años, con el fin de que todos los bautizados participemos en la labor de aconsejar al Papa sobre la dirección que ha de seguirse. La palabra sínodo significa precisamente camino en común. Hacer un sínodo sería lo mismo que trazar, como se dice ahora, una hoja de ruta, pero trazarla con las aportaciones de todo el pueblo de Dios y no sólo las de sus pastores.
No hay duda de que eso de caminar juntos está muy bien. El catolicismo se basa en la caridad, y ésta exige ir con otros, estar con otros. Sin embargo, la cuestión es saber si el camino que va a tomarse, o que se está tomando a raíz de esta iniciativa, es el correcto y no un camino que nos lleve más directamente, a todos juntos, a la perdición.
Si lo que más necesitamos es claridad, y a juzgar por lo que estamos…