Un gran profesor de Filosofía recientemente fallecido, don Rafael Alvira, solía decir a sus alumnos que la primera escuela de formación del buen gobernante es la familia. Es allí donde se comienzan a cultivar las virtudes: la comprensión, la solidaridad, el respeto, el perdón, etc. Las clases de Business Ethics, comparadas con la familia, son algo secundario. Porque el buen gobernante se caracteriza en primer lugar por el ejercicio de las virtudes. No solo por el conocimiento teórico, sino sobre todo con el ejercicio práctico. Y estas virtudes, que tienden a agruparse unas con otras, son el mejor cimiento para cumplir con los deberes morales.
La virtud de la justicia aparece muy bien reflejada en la película El intendente Sansho (1954), dirigida por Kenji Mizoguchi. Además de la soberbia interpretación de los actores, entre los que destaca la sobrecogedora actuación de…
Autor: Ángel Vicente Valiente Sánchez
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…
Comulgar en la boca en época de pandemia
Te queremos compartir este artículo del Padre Ángel María Rojas, S.J. escrito en agosto del 2020, donde nos explica cómo comulgar en la boca, sobre todo, en estos tiempos de…
7 pasos para una parroquia: de tener «consumidores de sacramentos» a multiplicar los discípulos
«Id y bautizad y haced discípulos», pedía Jesús. Las parroquias, bautizar, bautizan. Bautizan a cualquier bebé que les lleven. Pero ¿hacen discípulos? Un discípulo es alguien que tiene una relación…