Celebraba el Carmelo a muchos santos que no fueron carmelitas, sin eremitas o monjes de otras Reglas o de ninguna, simples ermitaños por su cuenta. Ya ninguno queda en el propio de la Orden, sino solo uno, y el motivo está claro: Dio la Santa Regla de vida.
San Alberto de Jerusalén, Legislador del Carmelo, obispo y mártir. 17 de septiembre y 8 de abril.
Afortunadamente contamos con documentos antiguos y de primera mano sobre Alberto, aunque, claro, embellecidos con el lenguaje medieval. Su vida la escribieron sus canónigos regulares de Vercelli, luego de su muerte, precisamente para que no se perdiera testimonio de su ejemplaridad. Nació el santo en Castro Gualterio, Parma. Sus padres eran nobles, de la familia de los Avogadro y emparentados con aquel Pedro el Ermitaño, gran Predicador de las Cruzadas y la conquista de Tierra Santa. Fue niño aventajado en los estudios y la…
Autor: Ramón Rabre
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