A primera hora de la tarde del 1 de diciembre de 1936, una decena de milicianos se presentó para registrar la casa de Antonio Tort. En el piso se ocultaba mons. Manuel Irurita, obispo de Barcelona. Tras encontrar un copón con hostias consagradas, fue detenido y trasladado con la familia de Tort a la checa de San Elías los próximos dos días. El 3 de diciembre fue el último día que le vieron con vida. Más tarde se supo que había sido martirizado por los anarquistas en el cementerio de Montcada, sin que estos tuviesen constancia de su dignidad episcopal.
Pese a las evidencias históricas de esta sucesión de acontecimientos, todavía hay quienes tratan de negar los hechos o de reconocer a Irurita la palma del martirio. Sus detractores, liderados por el escritor Josep Maria Ràfols, afirman que no fue fusilado en el cementerio de Montcada y que sin embargo permaneció vivo hasta su…
Autor: José María Carrera
Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
Las profecías de León XIII y su exhortación a rezar el rosario
El Papa León XIII escribió en muchas de sus encíclicas, entre ellas una que cumplió 130 años el pasado 22 de septiembre, Octobri mense, la importancia de rezar el Santo Rosario…
Los 18 beneficios de asistir a la Santa Misa
La misa es el encuentro con Dios Nuestro Señor, pero no sólo con Él, también con nuestro interior, haciendo que mejoremos cada día más como personas. Este encuentro con Nuestro…