El jesuita Antonio Fco. Bohórquez ha escrito una frase tan breve como incómoda: «La fe liberal no suscita vocaciones cristianas, a ningún estado de vida». No es un exabrupto. Es una constatación. Y, precisamente por eso, escuece.
Porque si algo nos enseñó Cristo es que las doctrinas no se juzgan por sus intenciones, ni por su corrección terminológica, ni por lo bien que encajan en los editoriales bienpensantes. «Por sus frutos los conoceréis» (Mt 7,16). No por sus congresos. No por sus documentos. No por sus aplausos externos. Por sus frutos.
Y los frutos están a la vista.
Las comunidades donde la fe se ha diluido en un cristianismo liberal —amable, dialogante, poco exigente y cuidadosamente desprovisto de aristas— no generan vocaciones sacerdotales, ni religiosas, ni matrimonios cristianos sólidos. Generan, eso sí, estructuras envejecidas, parroquias vacías,…
Autor: Carlos Balén
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
Cómo afirmar la veracidad de los evangelios
Hay una técnica muy utilizada por los detectives para encontrar información que les ayude a armar el cuadro completo de una escena, es el Soporte Involuntario entre Testigos. Esta técnica…
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos



















