Un día me levanté por la mañana, y me encontré con la sorpresa de que no podía hacer nada sola. Todo lo que hacía en mi día a día, cosas sencillas y básicas no las podía realizar. Tampoco me podía agachar al suelo. Y lo único que podía hacer era caminar.
Autor: Belén Sotos
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Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
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Milagros Eucarísticos de los últimos años
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