Termino el rato de adoración de cada noche de sábado y me asomo por la ventana. No faltan esos jóvenes que siempre esperan a estas horas el autobús para irse de fiesta a algún pueblo cercano. Es la noche que nos mete en la gran solemnidad de la Santísima Trinidad. Lo que veo me ayuda a comprender un poco mejor este gran misterio de amor que es la Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo unidos en plenitud de amor. ¡El amor de Dios es infinito, es eterno, es divino! Todo esto brota de mi corazón después de haber pasado una hora de adoración ante el Santísimo y contemplar la noche. Hay Luna llena. Preciosa. Luminosa. Plena. Perfección en la redondez, claridad en medio de la noche y plenitud del proceso nos regala la Luna llena. ¡Y nos introduce de lleno en la historia de amor que se vive dentro de la Trinidad!
Contemplo esa Luna después de contemplar a Cristo en la custodia y…
Autor: Sólo Dios basta

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
Impresionantes evidencias de la presencia de Dios en el vino y el pan
Desde hace muchos años han ocurrido manifestaciones de Dios en el momento de la eucaristía. Se han desencadenado una serie de fenómenos, en diversos países de todo el mundo que…
8 Claves para activar y acercar más fieles a nuestra parroquia
Ahora es cuando se necesita recuperar la vida Espiritual y la Fe, que nos llevará a la felicidad y tranquilidad anhelada. En este artículo te daremos algunas ideas…seguir leyendo
7 pasos para una parroquia: de tener «consumidores de sacramentos» a multiplicar los discípulos
«Id y bautizad y haced discípulos», pedía Jesús. Las parroquias, bautizar, bautizan. Bautizan a cualquier bebé que les lleven. Pero ¿hacen discípulos? Un discípulo es alguien que tiene una relación…