En el Ángelus, el Papa se detiene en la multiplicación de los panes y los peces realizada por Jesús y explica que cuando reconocemos que tenemos algo bueno que dar y lo ofrecemos, aunque «sea muy poco comparado con las necesidades», Dios lo recibe y se hace «presente en medio de nosotros». Sucede también en la celebración de la Eucaristía, dice el Pontífice, en particular cuando recibimos «el Cuerpo y la Sangre de Cristo, fruto del don de todos transformado por el Señor en alimento para todos».
“Ofrecer, dar gracias y compartir»: son los tres gestos que se realizan en el milagro de los panes y los peces descrito en el Evangelio dominical, que Jesús repite en la Última Cena. El Papa se detiene en cada una de estas acciones en el Ángelus, recordando, en primer lugar, que el evangelista Juan “habla de un muchacho que tiene cinco panes y dos peces” y explicando qué…
Autor: ReL
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