Autor:
, 02 May. 22 (ACI Prensa).-
“Mientras haya creyentes en la ciudad, yo estaré con ellos. Dios y mi fe me darán fuerza para ello”, afirmó el Obispo de Járkov-Zaporiyia (Ucrania), Mons. Pavlo Honcharuk, a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), a más de dos meses de la guerra que comenzó con la invasión rusa.
ACN informó que cada vez más los ataques rusos se concentran en el este y el sur de Ucrania. Járkov es la segunda ciudad más grande del país y está a pocos kilómetros de la frontera con Rusia. En las últimas semanas su zona industrial ha sido blanco de bombardeos, dejando al menos diez muertos y 35 personas heridas. Además, varios edificios residenciales de las afueras han sido dañados o destruidos.
El Obispo, que usa casco y chaleco antibalas sobre la sotana, dijo que la situación en la ciudad se resume en “conmoción y dolor”, y que es terrible “ver a la gente, a ancianos, a inválidos, escondidos en los sótanos”.
“Recuerdo a una niña de unos cinco años parada, petrificada, frente al cadáver de un ser querido en la calle, incapaz de moverse. El sentimiento de terror, miedo y completa impotencia se cierne sobre todos”, expresó Mons. Honcharuk, que en un video enviado a la fundación pontificia describió cómo ha quedado una de las zonas residenciales.
“El asentamiento aquí fue una de las partes más pobladas de Kharkiv (Járkov), ahora todo es silencio y destrucción”, dijo. Mientras el Obispo hablaba –indicó ACN–, se escuchaban al fondo las explosiones. “Le pedimos a Dios que nos proteja y que todo termine. Disparan y se escuchan explosiones…
Puedes leer la nota completa en www.aciprensa.com]