La misa final de la JMJ es una misa «de envío» (la misma palabra «misa» viene del latín «enviados»), y el Papa Francisco quiso finalizar su encuentro con más de millón y medio de personas recordando el gran eslogan del creador de las Jornadas, San Juan Pablo II: «¡no tengan miedo!»
Con esa frase, en los países comunistas que ahogaban la fe, Juan Pablo II devolvió fuerza y esperanza a millones de personas, y con esa frase, tomada de la liturgia de la Transfiguración, el Papa Francisco envía a los jóvenes al mundo.
Al final de la misa, el Papa además invitó a los jóvenes a dos citas: el Jubileo de los Jóvenes en Roma en 2025 y la JMJ de 2027 en Seúl, Corea.
No había una JMJ en Asia desde la de Filipinas en 1995, cuando Juan Pablo II juntó 3 o 4 millones de personas en Luna Park, considerada la mayor reunión de católicos de la historia.
«No tengan miedo»
Con la…
Autor: G. de A.

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