En el evangelio de este primer domingo de Adviento, Cristo nos llama a estar atentos, vigilantes y despiertos. Lo mismo nos decía en la Parábola de las doncellas necias y prudentes. Nos dormimos y encima, no llevamos aceite para alumbrar la espera del Novio. Aceite que es lo que nos da luz en la espera. Espera que está llena de sentido. Espera, que es Esperanza. Hoy en día tenemos una inmensa cantidad de distracciones que nos alejan de lo esencial.
Las noticias nos golpean con enfrentamientos, guerras y catástrofes. La sociedad nos presiona con estereotipos que nos naturales. También nos llena de culpas por no ajustarnos al ideal del ciudadano que se promueve. Los cristianos somos culpables de todo lo que ocurre y de más. No hace tanto, hace algunos años, la Iglesia todavía señalaba a Cristo como Camino, Verdad y Vida. También nos mostraba que el Reino de Dios no es de…
Autor: La divina proporción
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