Sucede a veces que los ancianos, al final de su vida, cuando se les va la cabeza, comienzan a decir barbaridades e incluso insultos, groserías y procacidades. Sus cuidadores y familiares, como es lógico, lo pasan muy mal e incluso pueden escandalizarse de ello, sintiéndose desilusionados, como si esas barbaridades fueran un indicio de que el anciano había estado engañándoles toda su vida. Nada más lejos de la realidad.
Cuando algo así sucede, ya no es el anciano el que está hablando, sino los demonios con los que combatió y a los que mantuvo a raya toda su vida en una lucha sin cuartel. Una vez que su mente, debilitada, ya no está presente para hacerles frente, los demonios rugen y alborotan, intentando desquitarse con su cuerpo enfermo de lo que no pudieron lograr en buena lid. No se trata, pues, de algo de lo que haya que avergonzarse, sino de un timbre de gloria de…
Autor: Bruno Moreno
Hábitos del Padre Pío que todos los católicos podemos practicar
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, nos deja unos cuantos hábitos espirituales que necesitamos conocer para tener una vida más cercana a Dios. Continúa leyendo este…
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
Cómo afirmar la veracidad de los evangelios
Hay una técnica muy utilizada por los detectives para encontrar información que les ayude a armar el cuadro completo de una escena, es el Soporte Involuntario entre Testigos. Esta técnica…