Primero se recluye a quienes aman la Misa tradicional, y luego se les acusa de estar recluidos. Se les aparta y después se usa esa marginación como prueba de que “dividen”. Es un círculo perfecto de exclusión y culpabilización. Pero la realidad debería ser precisamente la contraria: cuando el Vetus Ordo convive con la forma ordinaria, no genera fractura, sino un equilibrio fecundo. Así lo expuso Benedicto XVI en Summorum Pontificum y en su carta a los obispos: ambas formas del rito romano no deben enfrentarse, sino coexistir en paz. Allí donde se ha aplicado correctamente, se han llenado de nuevo las parroquias y los seminarios.
Desde 1969, la liturgia ha atravesado crisis notorias: abusos, improvisaciones, banalización de lo sagrado, pérdida del sentido del sacrificio. En este contexto, el rito tradicional actúa como un katejón litúrgico, una fuerza de contención…
Autor: Miguel Escrivá
Comulgar en la boca en época de pandemia
Te queremos compartir este artículo del Padre Ángel María Rojas, S.J. escrito en agosto del 2020, donde nos explica cómo comulgar en la boca, sobre todo, en estos tiempos de…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
8 razones que explican por qué muchos católicos ni evangelizan ni se lo han planteado ni plantearán
Dwight Longenecker es un conocido sacerdote católico con amplia experiencia. Converso al catolicismo su camino hacia la Iglesia fue paulatino pues pasó de pastor fundamentalista protestante a evangélico de tipo carismático, luego…



















