En lectura del Evangelio de este miércoles 10 de abril, podemos escuchar un interesantísimo diálogo entre Nicodemo y Cristo. Cristo le dice a Nicodemo:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de Agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.» (Jn 3, 5-8)
Quizás sea interesante preguntarnos si, como católicos, hemos nacido del Espíritu realmente o sólo aparentamos lo que todavía no somos. ¿Nos hemos convertido realmente?
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Autor: La divina proporción
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