La Navidad el inicio de todo. Así lo recuerda el obispo emérito Joseph E. Strickland en una extensa reflexión publicada en Pillars of Faith, en la que insiste en una verdad que la Iglesia siempre ha custodiado, aunque hoy incomode: la sombra del pesebre es una Cruz.
La Iglesia, explica el prelado, prolonga la celebración de la Navidad a lo largo de varios días porque el misterio de la Encarnación es demasiado grande para ser reducido a una emoción puntual. La alegría cristiana es real, profunda y firme, pero no ingenua. No es una alegría frágil que necesite ser protegida de la verdad. Al contrario: es una alegría capaz de mirar de frente el sacrificio, el sufrimiento y el precio de la redención.
Cristo no ha venido —subraya Strickland— a hacer el mundo más cómodo. Ha venido a salvarlo. Y toda salvación tiene un coste. Por eso, cuando la Iglesia coloca ante los…
Autor: INFOVATICANA
La Nueva Era, una secta de cuidado
El reiki y la Nueva Era (New Age), se han extendido cada vez más por la sociedad buscando el bienestar físico y mental que producen. Conoce todos los detalles y…
Impresionantes evidencias de la presencia de Dios en el vino y el pan
Desde hace muchos años han ocurrido manifestaciones de Dios en el momento de la eucaristía. Se han desencadenado una serie de fenómenos, en diversos países de todo el mundo que…
Misericordia de Dios: Nunca se cansa de perdonarnos
La misericordia de Dios se manifiesta de diversas formas, ya sea a través del apoyo y la consolación de otras personas, del sacramento de la confesión que nos permite liberarnos…



















