Dios hace una alianza de amor con cada uno de nosotros, contigo y conmigo. Él se deleita en el hombre y hace con él un signo de su amor: se dona a sí mismo. De este modo, Dios espera al hombre para ofrecerle el signo de la alianza. En el cielo, donde Él mora, se nos da este signo.
De esta manera, como Dios hizo con Moisés una alianza y le donó el decálogo, con todo hombre quiere mantener esa relación de amor para donarse a sí mismo. Por ello, lo mismo que el decálogo moraba en el arca de la alianza, y Dios se hacía presente en ella, Él viene a morar en cada hombre que guarda su palabra y vive de acuerdo con ella.
Pero la alianza definitiva de Dios con el hombre se nos da en el Hijo, y el arca donde viene habitar es el seno de María: la nueva arca de la alianza. Es el signo de Dios para cada uno de nosotros. María es la mujer que habita en el santuario de Dios. Ella…
Autor: Un camino de fe
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