En poco más de 19 kilómetros cuadrados, la localidad burgalesa de Busto de Bureba integra a 140 habitantes, las dos imponentes iglesias de San Martín Obispo y de Nuestra Señora la Virgen de Mediavilla y las ruinas de un monasterio, el de San Miguel, con más de 10 siglos de historia.
Sin embargo, parte de ese patrimonio artístico de valor incalculable podría estar en peligro y sus escasos habitantes quieren hacer todo por salvarlo.
Se trata del órgano de la iglesia de San Martín Obispo. De los 729 tubos que debería tener, apenas quedan 32 visibles en la fachada del instrumento. Semejante cifra de tubos restantes están o tirados en su interior, o en el suelo o recogidos en una caja.
Pero el hecho de que lleve décadas sin cumplir su función no lleva a los vecinos a resignarse. Al contrario: decididos a «poner fin a ese largo mutismo», han acudido a la asociación
Autor: José María Carrera
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