«Mi primera labor como padre es enviar a mis hijos al Cielo. Son hijos de Dios, y a Él se los tengo que retornar. Con nuestra primera hija, esa misión ya la cumplimos, ella falleció al día siguiente de nacer, pero con los otros tres, el camino es un poco más largo. El apostolado familiar es siempre el primer apostolado de los padres de familia, mucho más importante que cualquier otro apostolado», explica Andrés D’ Angelo, en la web Catholic-Link.
«Y para que ese apostolado tenga efecto, con mi esposa tenemos que lograr ser maestros de nuestros hijos. No quiere decir que les tenga que enseñar el teorema de Thales o si el Po es navegable… eso lo pueden aprender en la escuela, lo que le tengo que enseñar es que ellos tienen otro Padre, en el Cielo, que los ama y los espera para amarlos para toda la eternidad. Esa enseñanza no es una ‘clase de catecismo’ (cuando cumplan la…
Autor: ReL
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