Por Randall Smith
En la película Cinderella Man (2005), basada en la vida del boxeador James J. Braddock, hay una escena conmovedora en la que Braddock, después de haber recibido asistencia del gobierno por un tiempo para mantener a su familia, se presenta en la oficina pública para devolver ese dinero. Estuvo ahí cuando lo necesitó, y ahora quiere devolverlo para que esté disponible para otros. Es algo casi imposible de imaginar hoy. ¿Devolver dinero… para que otros puedan recibir ayuda?
En su discurso inaugural de 1961, John F. Kennedy pronunció su célebre exhortación: «No preguntes qué puede hacer tu país por ti; pregunta qué puedes hacer tú por tu país». Hoy sería impensable —si no considerado “fascista”—.
En el diálogo Critón de Platón, el amigo de Sócrates le dice que, aunque ha sido condenado a muerte, los funcionarios mirarían hacia otro lado…
Autor: The Catholic Thing
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