Autor: ReL
En el siglo XI, en tiempos de Alfonso VI (1047-1109), una pastorcilla manca pastoreaba un rebaño de ovejas en Fuentidueña (en lo que hoy es El Soto de la Moraleja, en la región de Madrid) cuando se le apareció la Virgen María.
La Virgen pidió a la chica que fuese al pueblo a dar noticia del hecho. La niña estaba confusa y no sabía qué hacer, así que la Virgen le pidió que fuese a su casa y cogiese un pan del arca en el que lo guardaba su madre.
La pequeña respondió que su madre no tenía ese arca llena de pan de la que le hablaba. María le dijo entonces, para demostrarle que podía confiar en ella, que cogiese una piedra y la lanzase con su mano inútil. La pastora, al cumplir lo mandado, descubrió que su mano estaba sana, y ahora sí convencida corrió a contar a todos lo sucedido.
Desde entonces la devoción a la Virgen de la Paz, como fue denominada esta milagrosa advocación, arraigó…