Algunas de las características de las sociedades occidentales son la caída del compromiso en grandes ideales, la reivindicación infinita de derechos y el desprecio de las obligaciones y responsabilidades. La persona no quiere asumir las consecuencias de sus actos. El individualismo rampante provoca que los ciudadanos lejos de ver el bien común y luchar por él se queden únicamente en la búsqueda de sus deseos y caprichos. Esto es lo que ha creado la tiranía del emotivismo, la cual es analizada por Javier Lozano en la revista Misión, publicación de suscripción gratuita destinada a las familias católicas, en este artículo, que por su interés ofrecemos íntegro a continuación:
La tiranía del emotivismo. Esclavos de deseos y caprichos
“Siento que soy una persona atrapada en un cuerpo equivocado”, es una frase que desgraciadamente cada vez se escucha más. Es la…
Autor: ReL
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Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
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Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
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