Autor: José María Simón Castellví
El 24 de junio de 2022, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América ha revocado la famosa sentencia Roe contra Wade, de hace cincuenta años, en la que parecía que el aborto provocado constituía un derecho constitucional. A partir de ahora, el aborto no se considera como un derecho por parte de la ley civil suprema y su regulación se devuelve a los estados de la Unión y al pueblo norteamericano. La verdad es que a los jueces del alto tribunal no les ha hecho falta hacer ninguna «trampa» ni hacer prevalecer su ideología en un fallo muy bien argumentado.
La constitución americana no hace mención expresa al aborto provocado. Y tampoco de manera implícita. A los «padres fundadores», que se tomaron muchas molestias para que la nueva nación tuviera unas instituciones estables y con garantías y contrapesos, ni se les pasaba por la cabeza que arrancar violentamente a un ser humano…