Autor: Pedro Trevijano
La batalla cultural entre la ideología de género y la concepción cristiana seguramente alcanza su punto culminante en la diversa concepción de la familia.
Siempre he creído en el sentido común y desde luego, influido indudablemente por haber nacido y educado en una familia, pienso que lo mejor para un niño es precisamente eso: vivir en una familia, unida, estable y preferiblemente además cristiana, en la que el padre y la madre tienen un papel fundamental.
Nacemos y crecemos ordinariamente en el seno de una familia. Vivimos con nuestros padres, hermanos y, tal vez, algún otro familiar. Heredamos de nuestros padres algunas cosas, como los rasgos físicos y algunas características específicas de nuestro carácter. Pero también influyen en nosotros los factores ambientales y sociales, hasta el punto de que podemos decir que, aunque todos nacemos personas, nuestra personalidad se hace,…