Hay una palabra que no aparece en los manuales de psicología, pero que debería estar con letras gigantes en la portada de cualquier libro para padres: «aborrescencia». Me la regaló —como tantos otros tesoros espirituales— el padre Alberto Reyes, sacerdote cubano, hombre recio de evangelio y de esos que merecen un artículo exclusivo cualquier día de estos. Él, que ha visto de cerca huracanes políticos y emocionales, la describe como esa metamorfosis misteriosa en la que un hijo pasa, literalmente de un día para otro, de mirarte con devoción —como yo miro a la Virgen de Guadalupe— a mirarte como si fueras una mezcla entre intrusa, sospechosa y señora que no entiende nada de la vida. Una etapa en la que la criatura que antes te abrazaba hasta con las pestañas, de pronto se expresa en monosílabos, sonidos guturales y términos que parecen salidos de una asamblea…… Continuar leyendo
Autor: Matilde Latorre de Silva
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