Ya llega, ya se nota la salvación para mí y para ti. El Señor viene a buscarte, pero no te escondas. Él sabe dónde estás, pero tú no te dejas ver. Viene, se acerca, está a tu lado, está ahí, donde caminas, donde estás, donde vas, en tu vida, en tu corazón, en tu trabajo, en tu casa, en la Iglesia, en el autobús, en el parque, en el hospital. En tantos sitios, viene a por ti. Él siempre está preparado para ese encuentro. No le importa cómo estás tú. No te pide que estés en traje de gala, o en abrigo de visón. Tampoco le importa si estás en bata, o en chándal, o apareces como un bebé. Porque lo que él quiere es lo que está dentro de ti. Y eso solo lo puede ver él y tú, y aquel a quien se lo quieres revelar.
Autor: Belén Sotos
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