Hay un deporte contemporáneo que se ha puesto extraordinariamente de moda: la cacería contra el hombre. No el hombre violento —que existe, y contra el cual la ley debe actuar con firmeza—, sino el hombre a secas, el que respira, trabaja, ama, educa, comete errores, intenta acertar y, para colmo, es culpable por defecto. En nombre del progreso, algunas corrientes políticas han convertido el varón medio en un sospechoso permanente, y la sociedad, siempre dispuesta a la consigna fácil, aplaude encantada. Y con perdón de las socialistas y podemitas, no hablamos aquí de justicia, sino de ideología de baja calidad envuelta en papel brillante.
Autor: Matilde Latorre de Silva
La cultura es el camino de la Nueva Evangelización
El objetivo del Papa San Juan Pablo II de involucrar a la cultura en la Nueva Evangelización fue la construcción de una civilización del amor como fuente de libertad y…
Mitos sobre el yoga, el budismo y otras prácticas espiritistas que te alejan de Dios
El padre Luzón advierte sobre los posibles peligros y consecuencias de involucrarse en estas prácticas desde una perspectiva cristiana. ¡Continúa leyendo y no te pierdas los detalles sobre los mitos…
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos



















